¿Cuánto dinero se necesita para evitar robos en Argentina?


En nuestro país existen muchos factores por los cuales la inseguridad aumenta exponencialmentesiendo algunos de los que juegan contra el seguridad y tranquilidad de la gente, pobreza e indigencia (el último informe del INDEC muestra que el 39,2% de los argentinos son pobres, el 8,1% son indigentes). Vivimos en un ecosistema perfecto para que la miseria se traduzca en delitos, robos, homicidios. El caos se convierte en la regla y no en la excepción de nuestra convivencia social.

Los datos sobre la inseguridad son la otra cara de las personas que no encuentran oportunidades para formarse, contar con un ambiente familiar para la docencia a fin de que puedan insertarse en la sociedad a través del trabajo y obtener un salario digno para cubrir sus necesidades básicas. Sin educación, ambiente familiar para la enseñanza, salud y trabajo, la posibilidad de delinquir es una opción latente para sobrevivir. Sin penas y castigos que incrementen el costo del delito, la sociedad inclina su voluntad hacia donde hay menos riesgo y mayor posibilidad de obtener ganancias más rápidas.

Según el informe realizado por la Dirección Nacional de Estadísticas Criminales, la tasa de homicidios dolosos (los cometidos con la intención de matar a alguien) es de 4,6 por cada 100.000 habitantes (donde el 85,3% son hombres y el 14,7% mujeres).

Inseguridad y tasa de homicidios

Al observar esta información por provincias podemos ver que Santa Fe tiene tasa récord de homicidios en nuestro país de 10,1 por cada 100.000 habitantesseguida de Formosa con 7,2, Neuquén con 6,5 y Tucumán con 6,1.

En el último informe anual de homicidios en la Provincia de Santa Fe, explica que el año pasado hubo 287 homicidios. En comparación con 2014, veremos un aumento del 12%. El epicentro de la delincuencia y los homicidios es la ciudad de Rosario.

Impacto en la microeconomía familiar

Existe una verdadera descoordinación entre las tasas de los hechos delictivos y la ejecución de los fondos que debe recibir la provincia. La macroeconomía de la inseguridad impacta en la microeconomía familiar. Lo que el Estado no proporciona en seguridad a sus habitantes a través de los impuestos que paga, debe ser aportado por los propios ciudadanos, buscándolos en los servicios privados.

Ante un mayor riesgo de delincuencia e inseguridad, se incrementará la partida del presupuesto familiar en la prevención y cuidado de la seguridad de su hogar, su patrimonio y su familia.

Según el Instituto de Seguros Mercantiles, Hay varios elementos que se pueden tener en cuenta al evaluar los costos mensuales. Estos van desde seguro de auto por $13.000, seguro familiar combinado (cubre: incendio, robo, seguro técnico) por $2.500, alarma particular por $3.500, alarma de barrio por $4.930, herrajes de ventanas (2 lunas delanteras y traseras con un costo total de $70.000 pero pagadas a plazos) $5.830, cerco eléctrico de seguridad (8 metros de frente de la casa, presupuestado en $100.000 pero pagado a plazos) $8.330, para luego ir a opciones superiores como pagar $15.000 en garita de seguridad (costo repartido entre el total de vecinos ) o $16,600 en puertas blindadas de seguridad (costo total de $200,000 pagados mensualmente).

Es decir, los ciudadanos viven en la cárcel dentro de sus casas con un costo mensual de seguridad privada de 71.190 pesos.

La evolución de la población penitenciaria no frena el problema de la seguridad del ciudadano “de a pie”. Según el último informe del Sistema Nacional de Estadísticas sobre ejecución de penas, actualmente existen en nuestro país 324 unidades penitenciarias (compuestas por 228 unidades en la provincia, 65 en la provincia de Buenos Aires y 31 unidades en el servicio penitenciario federal) . En ellos hay 101.267 personas privadas de libertad. Es decir, una tasa de 221 por cada 100.000 habitantes. En relación a este último índice, se puede observar que Argentina tiene una cifra promedio si lo comparamos con países como Estados Unidos con 629 por cada 100.000 habitantes, India con 35 y Japón con 37.

Según la Fundación Apertura, en cuanto a la ejecución presupuestaria, cada provincia recibe del Ministerio de Seguridad Nacional de acuerdo a la distribución per cápita:

  • En promedio todas las provincias reciben $8.613 habitante/año
  • CABA y Buenos Aires reciben $9.854 habitante/año
  • Santa Fe recibió sólo $2.224 habitante/año (26% menos que el promedio nacional). Rosario siendo el epicentro del crimen y homicidio.

La asignación del presupuesto público es mal asignado y el privado superpuesto con impuestos para pagar más gastos privados que asumir para prevenir o reducir el riesgo de aquellos daños producidos deliberadamente contra la vida o la propiedad.

La industria de la seguridad privada está creciendo

La industria de la seguridad privada crece al ritmo de la retirada y fracaso de la seguridad pública. Los productos y servicios generados por esta industria van desde alarmas contra incendios o antirrobo, cerraduras o cajas fuertes hasta servicios de vehículos blindados, equipos de vigilancia y vallas de seguridad, pasando por control de acceso electrónico, biometría, vigilancia electrónica de artículos y asesoramiento en seguridad. La seguridad privada para el hogar, el automóvil, el comercio o la industria es un costo más a asumir en esta Argentina llena de burocracia, malos manejos y elevados impuestos en relación a la retribución de los bienes y servicios que brinda.

En un mundo donde los delincuentes comienzan a abandonar la institución escolar tradicional, cada vez adquieren conocimientos tecnológicos como motor para incrementar sus ganancias en hurtos y robos. Vivimos en el mundo del big data, el blockchain (estructura de datos a través de una cadena de bloques), la inteligencia artificial, los robots o drones que empiezan a formar parte de la estructura de inteligencia criminal. Si bien la delincuencia se encuentra en plena transición hacia la seguridad 2.0, las empresas y los hogares también deben contratar servicios que cuiden y protejan sus datos, valores y activos de posibles engaños y estafas.

Un fenómeno novedoso es que En las grandes ciudades hay más guardias privados que policías de seguridad nacionales, provinciales o municipales. A su vez, los costos de la seguridad privada serán desiguales por barrio. Donde hay seguridad privada, moviliza la delincuencia a zonas donde no hay seguridad pública ni privada. Lo privado no hace desaparecer el crimen, lo previene. El público ni siquiera puede contenerlo por falta de procesamiento de datos, mezquindad entre jurisdicciones, distribución de fuerza y ​​asignación presupuestaria.



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